¿Por qué es importante prestar más atención a la salud mental de quien dirige?
El efecto que tiene en la salud mental de los empleados es importante y ha sido ampliamente estudiado, pero no así a los jefes. Es momento que algo cambie.
Del mismo modo que la prensa señaló que la tragedia de German Wings fue el resultado del historial de salud mental del copiloto, los medios tradicionales y las redes sociales abrieron un debate sobre en qué casos la empresa tiene que saber- o debe saber- acerca del estado de salud mental de sus empleados. Más allá de lo controversial que pueda ser esta pregunta, saca a la luz un dilema que resulta todavía más retador: ¿Qué pasa con la salud mental de quienes dirigen las organizaciones?
Aunque la salud mental de los empleados recibe considerable atención en los medios tradicionales y en la literatura científica, la salud mental de los líderes escapa de todo este escrutinio. Aún más, se presta muy poca atención a la salud mental de los líderes, y sabiéndose muy poco al respecto, lo que cual podemos perdonar asumiendo que posiblemente todos los líderes gozan de una buena salud mental; y que a pesar que no sea así, esto no importa debido a que no tiene consecuencias para ellos, sus empleados, o las organizaciones, o porque simplemente no se puede hacer nada al respecto.
Estas ideas son erróneas, y es momento de prestar tanta atención a la salud mental de los líderes en las organizaciones como lo hacemos con la de los empleados, sino más . A continuación explicamos el por qué.
El malestar psicológico está asociado con frecuencia con depresión y ansiedad. La investigación que hemos desarrollado tanto en Estados Unidos como en Canadá muestra que aún los niveles sub-clínicos de depresión son suficientes para mermar el liderazgo transformacional. Los efectos negativos en el liderazgo van más allá: tanto los niveles subclínicos de depresión y ansiedad están relacionados con altos niveles de supervisión abusiva.
Yendo más allá de la depresión y la ansiedad, hay un amplio marco de estudio que establece las causas y las consecuencias del consumo del alcohol. ¿Pero qué pasa con los líderes? Una muestra nacional de 2805 empleados adultos de Estados Unidos arrojó como resultado que los jefes tenían tendencia al consumo de alcohol en el trabajo, o de sufrir resaca, a diferencia de los empleados en ocupaciones bajo riesgo. Esto es importante por dos razones: la primera, estar bajos los efectos del alcohol o presentar resaca afecta el comportamiento de los jefes y su desempeño. Segundo, nuestra investigación muestra que cualquier efecto negativo derivado de la depresión y ansiedad subclínica sobre el liderazgo transformacional y en la supervisión abusiva es empeorado por el consumo diario de alcohol en el trabajo.
¿Pero qué pasa con el sueño y la salud mental? Mientras que esperamos más investigaciones aislando los matices inherentes a los efectos del sueño en el liderazgo, a día de hoy sabemos que una pobre calidad de sueño guarda relación con una cantidad de problemas asociados al escaso autocontrol, lo cual está asociado con niveles alto de supervisión abusiva y comportamiento poco ético.
A esto hay que añadir los problemas asociados al narcisismo de los directores ejecutivos, el cual es un síntoma de escasa salud mental. Lo que es importante porque el alto grado de ensimismamiento asociado al narcisismo es poco dado a tener en cuenta al otro, o en el poder hacer énfasis en el desarrollo del empleado, aspectos que si son propios de un liderazgo de calidad; aún más allá los directores ejecutivos escapan muchas veces de esta área de investigación. Los líderes narcisistas obtienen bajas puntuaciones en términos de liderazgo transformacional y habilidades de gestión, mostrando a su vez los estudios que el narcisismo de los directores ejecutivos tiene efectos significativos en las decisiones financieras que puedan realizar, las cuales tienden a apoyarse en acciones que redirigen el foco de atención hacia ellos: ellos se sienten orgullos de ser audaces, tomar decisiones rápidas, y realizar compras cada vez más caras, una tendencia que resulta magnificada cuando las personas se enfocan en ellas mismas. Los líderes narcisistas también negocian y esperan paquetes de compensación significativamente más altos para ellos que para el resto de la plantilla de alta dirección.
Estos descubrimientos generan muchas preguntas relativas a las medidas que se están llevando a cabo. El primero, referido a los efectos que esto produce en sus acciones como líderes y la toma de decisiones descrita previamente las cuales emergen de niveles subclínicos de malestar psicológico. El malestar psicológico quizá no necesite alcanzar niveles altos para mermar la alta calidad de liderazgo, pero los efectos negativos podrían ser peor si tomamos en consideración el diagnóstico clínico de la depresión, ansiedad, problemas de sueño o narcisismo.
Segundo, esta reflexión no tiene por objeto señalar con un dedo a aquellos líderes que puedan estar experimentando malestar psicológico. Todo lo contrario, se pretende hacer énfasis en el hecho que del mismo modo que las empresas ofrecen servicios a sus empleados con malestar psicológico, también lo deberían hacer con los líderes organizacionales. Asumiendo, que ellos serán reticentes a acceder a estos recursos por miedo de parecer débiles y vulnerables, pero la efectividad de las organizaciones demanda que estos recursos puedan estar disponibles, así como fomentar su uso.
Dado que la salud mental del líder afecta su capacidad de liderazgo, ¿es importante que estemos informados sobre las dificultades asociadas al estado de salud mental que puedan estar enfrentando, especialmente en el caso de los altos ejecutivos? La pregunta no resulta del todo improbable: Cada año en Estados Unidos los ciudadanos reciben información sobre el estado de salud física de su presidente. ¿Por qué? Porque esta información es importante para la ciudadanía en general dado que afecta su futura toma de decisiones.
Tomando en consideración que la salud mental de los líderes organizacionales y los líderes ejecutivos afecta significativamente a los empleados, y de manera indirecta a muchas personas más allá de las organizaciones, tenemos derechos a conocer más a respecto. Aún más, si aceptamos que un funcionamiento efectivo y eficiente de nuestro mercado financiero asume que los inversores tienen acceso a cualquier información relevante que pueda afectar el desempeño financiero, la información relacionada con la alta dirección debería ser tomada en cuenta. Es cierto, esto puede generar preocupación acerca al derecho de privacidad, pero tomando en cuenta la importancia de los aspectos que están en juego, es el momento adecuado para apoyar y realizar una evaluación sobre la salud mental de los líderes del mismo modo que lo hacemos con las personas que esperamos que un día dirijan.
Artículo original y traducido por Laura Quiun bajo la autorización de su autor: Julian Barling (@JulianBarling) tiene a su cargo la Cátedra de Excelencia de Liderazgo en la Escuela de Negocios Queen-Canadá. Es autor de The Science of Leadership: Lessons from Research for Organizational Leaders (Oxford University Press, 2014)
versión original: http://www.canadianbusiness.com/blogs-and-comment/managers-mental-health-matters/#